Informe para la Academia

©Pipo Fernández

©Pipo Fernández

Rosa Mª Sardà reflexiona sobre su experiencia  como presentadora de los Goya, con motivo de la 30 edición

A finales del siglo XX y en los albores del nuevo milenio ocurrieron los hechos que nos ocupan. Mucho se ha hablado y debatido, y que si patatÍn y que si patatán, sobre la participación de Rosa María Sardà (a partir de ahora RMS) en las galas que organiza la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España para entregar los Premios Goya a los mejores creadores, artistas, profesionales del cine…, y el espejismo creado alrededor de mi triste persona. Señoras y señores, me declaro inocente de todos los cargos.
Ha llegado la hora de la verdad: estos fueron los hechos, por orden cronológico, según RMS.

Enero de 1994. Séptima gala de los Premios Goya que otorga la Academia.
• De la mano de mi queridísimo y añorado Fernando Rey, (en aquel momento presidente de la Academia) llegué al mundo de los Goya.
• Me propuso hacer de presentadora-conductora de la gala.
• La gala fue dirigida por Antonio Giménez Rico.
• Presidía la Academia José Luis Borau.
• RMS: presentadora-conductora y nominada a Mejor Actriz de Reparto.
• ¡Bingo! RMS se llevó el Goya.
• Todos contentos, incluso yo que soy tan repatània (interesados ver Diccionari de la Llengua Catalana de l’Institut d’Estudis Catalans).

Enero de 1999. Décimotercera gala de los Premios Goya que otorga la Academia.
• José Luis Borau (en aquel momento presidente de la Academia) me propone de nuevo colaborar en los Goya.
• Presidia la Academia (en el momento de la gala) Aitana Sánchez-Gijón.
• RMS: dirección, presentación, coguionista, etc. (en este etc. caben cosas de difícil enumeración) y ­nominada nuevamente a Mejor Actriz de Reparto.
• RMS se queda sin Goya. ¡Oooh!

Febrero de 2002. Décimosexta gala de los Premios Goya que otorga la Academia.
• La Academia, inasequible al desaliento, presidida por Marisa Paredes, me propone una vez más participar en la Gala de los Goya.
• RMS: dirección, presentación, coguionista, etc. y, como no hay dos sin tres, nominada nuevamente a Mejor Actriz de Reparto.
• RMS se lleva el Goya. ¡Aaah!

Alegato Final.
El único delito del que RMS se hace responsable es haber introducido en la Academia la Fiesta de los Nominados en 1999, antes inexistente.
Olvídense del glamour y de la alfombra roja y del photoshop del photocall. La realidad cruda y descarnada solo se puede explicar con estas palabras: dirigir los Goya para mí fue sangre, sudor y ­lágrimas.
Deseo para esta 30 edición: que les sea leve y mucho éxito. Atentamente.