Mejor Película Documental

Abordan temas incómodos que nos plantean preguntas, se sumergen en distintas culturas del mundo, nos acercan a grandes personajes, plasman las bellezas de la naturaleza… Cada vez son más los realizadores de todo el mundo que representan la realidad, que cuentan hechos que han sucedido o están sucediendo y que miran a personajes que existen, antes y después del filme. Y cada vez son menos los que piensan que las películas documentales no son emocionantes. Chicas nuevas 24 horas, I Am Your Father, Sueños de sal y The Propaganda Game son las propuestas de Goya de este año, analizadas por cineastas que han logrado un premio de la Academia por tomar este camino profesional.

Chicas nuevas 24 horas

Algo está cambiando

Chicas nuevas documental

Algo está cambiando. La presencia de mujeres y de historias de mujeres en las nominaciones a los Premios Goya de este año es extraordinaria. Basta con observar que las mujeres compiten al 50% (como en la vida misma) en la categoría de Mejor Dirección. Y no solo eso, se han colocado en la nominación a Mejor Película dos historias de mujeres protagonistas. Aunque debiera ser normal y natural, esto a día de hoy es muy raro. Así que pensaré que más que la realización de un sueño, como se suele decir, se trata del reconocimiento del enorme trabajo que las mujeres del cine vienen desarrollando, siempre discreto, constante y rotundo.

En la categoría a Mejor Documental también hay presencia femenina con un trabajo, ante todo, muy necesario: Chicas Nuevas 24 horas. Un documental de Mabel Lozano con la colaboración en el guión de Alicia Luna. Como si de una clase de economía o marketing se tratara, una profesora o conferenciante nos anuncia que nos va a dar las claves de un negocio muy lucrativo que se puede desarrollar en todos los países del mundo. Un negocio donde las mujeres son tratadas estrictamente como materia prima o mercancía.

A partir de ahí, la directora nos va contado historias reales de mujeres y niñas que cayeron presas de las redes de la trata, víctimas de la pobreza y el desamparo. Mujeres y niñas marcadas para siempre por situaciones de engaño, de maltrato, de abuso y de extrema soledad. En el caso de las niñas, sus familias forman parte del problema, porque las abandonaron, las repudiaron o directamente las empujaron al abismo.
El documental transita por distintas y a la vez similares realidades en Argentina, Perú, Colombia, Paraguay y España. Las redes de la trata son internacionales y las mujeres y las niñas cruzan fronteras sin que nadie sepa cómo ni por qué. Sin preguntas, sin trámites, costeándose ellas mismas sus pasajes, presas de unas deudas que no conseguirán devolver jamás.

Afirmaciones como “4,5 millones de mujeres y niñas al año son víctimas de trata de personas para la explotación sexual”, “la trata es un negocio que mueve 32.000 millones de dólares al año en todo el mundo bajo la única ley de la oferta y la demanda”, o “los gobiernos invierten contra el narcotráfico o contra la venta de armas, pero ningún gobierno invierte contra la trata” son ­realmente estremecedoras. Resulta muy difícil ver este documental y no querer pasar directamente a la acción.

Mabel Lozano es una mujer comprometida desde hace tiempo con esta causa y realiza una labor maravillosa y muy necesaria para visibilizar y denunciar esta lacra tan cercana, tan aceptada, tan silenciada y tan terrible que es la esclavitud del siglo XXI.

Por Pilar Pérez Solano,
ganadora del Goya a la Mejor Película ­Documental
por Las maestras de la República en la 28 edición

I Am Your Father

El hombre tras la máscara

I am your father

En algún momento de este documental vemos al hijo de David Prowse recordando las burlas a las que se vio sometido en el colegio por ser el hijo de Darth Vader. Que tu padre sea un artista fagocitado por su personaje no es fácil. Supongo que mi padre siempre supo levantar muros infranqueables entre Francisco Sánchez y Paco de Lucía. Una vez vista I Am Your Father tengo la sensación de que a David Prowse quizás le costó más aceptar tal dicotomía. En ochenta minutos asistimos a la historia de alguien que jamás pudo desligarse de su personaje, quizás, porque nadie le permitió interpretarlo como él hubiese querido.

Toni Bestard y Marcos Cabotá consiguen con esta película el vehículo perfecto para reparar tal injusticia. Brindan el final con el que el hombre tras la máscara de Lord Vader probablemente llevaba fantaseando desde hacía décadas. Y es que el señor que encarnó al villano más icónico de la historia del cine, con perdón de Béla Lugosi y Boris Karloff, un octogenario inglés de dos metros, ex campeón de halterofilia, con aire ensimismado y bonachón, que sigue dedicando todos los fines de semana de su vida a acudir a eventos de ciencia ficción para firmar autógrafos a fans de medio mundo, ostenta el título de enemigo público número uno de Lucas Films, desde que en 1982 “presuntamente” filtrase información al Daily Mail acerca de la muerte de su personaje, poco antes del estreno del episodio VI.

A medida que avanza el documental, el espectador empieza a sospechar que Darth Vader no es el villano por excelencia de toda esta historia. Para ello, Cabotá y Bestard ahondan en testimonios y archivos que explican cómo Prowse siempre fue el último en enterarse de todo lo relativo a su personaje.En 2010 se consumaría el ostracismo de Prawse al ser vetado por completo de cualquier evento oficial de Star Wars, debido a su participación en un documental crítico hacia George Lucas.

Los planos de Prowse levantando pesas en un decadente gimnasio del extrarradio londinense o firmando autógrafos en su clásica casita inglesa de Croydo, al tiempo que sus fans afirman ante la cámara que ‘Darth Vader is larger than life, thereby David Prowse is bigger than life’ hacen que el espectador sienta la necesidad de que el tío George enmiende las cosas y convoque de nuevo a Prowse junto a ese grupo de jubilados sonrientes y anónimos, que sólo a través de los créditos, descubrimos que dieron vida a R2D2 o Boba Fett o Chewbacca.

Yo soy tu padre se consuma con un final conmovedor, en el que Prowse y los directores filman en Madrid una escena final alternativa entre Vader y Luke. Un secreto que el espectador nunca llega a ver porque quizás se trate del regalo exclusivo de Bestard y Cabotá hacia uno de su ídolos de la infancia.

Por Curro Sánchez Varela,
ganador del Goya a la Mejor Película Documental ­­por
Paco de Lucía: la búsqueda en la 29 edición

Sueños de sal

Entre la ficción y la realidad

Sueños de sal

Siempre he dicho que en el lenguaje audiovisual la única regla es que el diálogo entre la obra y el público funcione. Cada vez hay más obras que mezclan géneros y lenguajes, cada vez hay más documentales que se mueven en un terreno híbrido entre la ficción y la realidad, donde el personaje se interpreta a sí mismo a partir de un guión basado en su propia historia. El éxito de La plaga (2013) ha animado a otros documentalistas a seguir ese camino. Es el caso de Sueños de sal, ópera prima de Alfredo Navarro, que explica historias de superación personal, aventuras de personajes que persiguen su propio sueño y que tienen como eje vertebrador la ciudad de Novelda (Alicante). Allí, en un concierto para Cáritas se reúnen todos los personajes y se interpreta el tema central de una gran banda sonora, compuesta por Óscar Navarro, y que ha dado mucha visibilidad internacional a la película.

Son las historias de un joven músico ciego, de un luchador de boxeo tailandés que quiere ir a competir a Tailandia, de un camionero que sueña con ser rockero y de una chica con espina bífida que busca su primer empleo. Las distintas tramas se montan en paralelo, las historias se intercalan conformando esa sinfonía coral de personajes superando obstáculos para alcanzar sus sueños incumplidos.

El argumento parte, en definitiva, del más antiguo de los anhelos del hombre y se convierte también en metáfora sobre la capacidad de superación de la propia ciudad, conocida por sus pozos de sal y muy castigada por la crisis. Sin duda la película ha tenido un poder catártico en la ciudadanía de Novelda, lo cual nos habla de las mejores virtudes del cine documental, la de estimular la reflexión, generar dinámicas emocionales que cambian nuestra percepción de las cosas y, a menudo, nos mejoran la vida.

El lenguaje híbrido tiene sus riesgos. A mi parecer el ­casting funciona bien y los personajes transmiten sinceridad, sus historias emocionan. La película fue estrenada en el festival de Donosti y sin duda transmite el entusiasmo coral de todo el equipo. Las crónicas hablan de mucha entrega desinteresada. El esfuerzo de promoción, insólito para una película documental, muestra también un buen músculo financiero. Le deseo mucho éxito. Se lo merece.

Albert Solé,
ganador del Goya a la Mejor Película Documental por
Bucarest: la memoria perdida en la 23 edición

The Propaganda Game

Propaganda, mentira y vídeo

THE PROPAGANDA GAME 2

No existe en el planeta Tierra un lugar como Corea del Norte. La película de Álvaro Longoria es una oportunidad para acercarnos y penetrar en un país único, donde internet y las tecnologías del siglo XXI permanecen desconocidas, y por supuesto prohibidas, para la inmensa mayoría de los 26 millones de habitantes prisioneros entre sus fronteras.

Longoria reflexiona sobre la propaganda y elige el lugar donde la propaganda es más brutal, menos disimulada y, además, cuenta con un protagonista excepcional: Alejandro Trias de Bes, un tarraconense abducido por el régimen coreano y convertido en Sr. Propaganda, que proporciona los momentos más disparatadamente divertidos de la película.

Actualmente gobernada por el tercer miembro de la familia de dictadores Kim, la República Comunista de Corea del Norte todavía resiste un cuarto de siglo después de la ­caída del imperio soviético. Las imágenes de Ponyang con las que comienza The Propaganda Game son increíbles, es algo sorprendente nunca visto, que supera la imaginación de los mejores escritores de ciencia ficción. Un mundo feliz de amplísimas avenidas, modernos edificios, estanques impolutos, con flores y jardines, tráfico escaso, música en las calles y gentes felices. Las mujeres visten coloridos trajes regionales, los niños, vestidos con uniforme, juegan en los parques (no sólo para el colegio, el uniforme infantil es para todo). Esta felicidad está protegida por las sombras de las gigantescas estatuas doradas de los amados líderes comunistas. (Hay que ver la película para darse cuenta de su disparatada enormidad).

Estas imágenes nunca antes vistas en alta resolución (para complicar más el rodaje ya de por sí dificil, está rodada en 4K, lo que obligó a moverse por el país con un equipo más grande) son el punto de partida de The Propaganda Game. ¿Es esto posible? De esta pregunta nace la película: ¿Ha conseguido el comunismo la felicidad en la Tierra en este lugar del mundo, o todo es propaganda para uso interno? Un gigantesco Truman Show a mayor gloria de la familia Kim, una propaganda que ocupa todo el espacio de la vida de los coreanos, tanto la pública como la privada.
El amado líder es todo: empleador, casero, tendero, enterrador y también la religión de todos. Quizás por eso cuando la película visita una iglesia católica en Ponyang hay algo muy extraño en el ambiente, ¿a qué están jugando el cura, las mujeres con su velo y su misal y sus rezos? No se lo pierdan.

The Propaganda Game nos descubre un mundo oculto a todas las miradas, y nos conduce magistralmente a través de sus enigmas, utilizando en su favor todas las limitaciones y dificultades impuestas por el régimen de la familia Kim. Una situación para el documentalista que es al mismo tiempo un paraíso y una pesadilla. Merece la pena.

Por José Luis López Linares,
ganador del Goya a la Mejor Película Documental
por Un instante en la vida ajena en la 18 edición