Durante la ultima gala de los Goya seguir la cuenta oficial en Twitter del evento, @Premios Goya, era acceder a un caudal alternativo de información constante. Una de las frases más destacables apuntaba que “37 películas españolas de 2016 son coproducciones. Argentina y Francia son nuestros principales socios”. Era solo una muestra de la salud de un vinculo histórico. | Por Axel Kuschevatzky

Por idioma, identidad, tradición y trabajo constante, la relación entre ambas cinematografías es profundísima. Es difícil olvidar que en diferentes momentos y por motivos distintos, tanto Argentina como España fueron refugio de talentos. Nombres que van de Héctor Alterio a Alberto Closas, de Gila a Juan Diego Botto, Narciso Ibáñez Menta o Imperio Argentina han cruzado el Atlántico encontrando nuevos hogares y vínculos, dándonos filmes increíbles en el camino. Hasta Luis García Berlanga y Rafael Azcona fueron parte del intercambio y rodaron en Argentina, allá por 1967, su amarga comedia Las pirañas.

En las ultimas décadas, la coproducción se volvió la herramienta natural de generación de películas y los Goya lo reflejaron: Argentina es el país que más veces ha conseguido el premio dedicado al cine iberoamericano, cosechando 17 galardones, incluyendo el último para El ciudadano ilustre. Y no solo eso, todos los años las coproducciones se lucen en más categorías. ¿Un solo ejemplo? En la ceremonia de 2016, los filmes realizados entre los dos países ganaron seis estatuillas, incluyendo la de Mejor Película (Truman).

El ciudadano ilustre, con su descripción descarnada de los vínculos entre la vida pueblerina y aquel triunfador que vuelve, son parte de una escuela compartida de narración cinematográfica que representa con creces una mirada con un mismo ADN.

Las similitudes no terminan ahí. La cuota de mercado es relativamente similar: en 2016 España rozó el 20%, y Argentina el 15%. De todos modos, los esquemas de financiación son diferentes, y en el caso argentino los fondos no salen de Hacienda sino del propio sector audiovisual, tirando por tierra algunos de los argumentos negativos que más se usan en España.

¿Queda más terreno para profundizar? Definitivamente. La construcción de un mercado común iberoamericano para que circulen más títulos de la región es fundamental, tanto como el desarrollo de un star system compartido, con más protagonistas teniendo peso a ambos lados del océano. Por eso la iniciativa de impulsar la Federación Iberoamericana de Academias de Cine es fundamental para el crecimiento y sustentabilidad de nuestras industrias. Las películas buenas y exitosas son el reflejo del volumen de producción. Solo la diversidad, el ejercicio de la profesión y el intercambio pueden garantizar un cine atractivo y saludable.

En los dos países se da, además, una realidad en común: la industria devuelve con creces el sostén que aportan los fondos públicos en ingresos, representatividad, actividad económica y proyección de marca país.

Más allá de cualquier contexto adverso, esta hermandad poderosa y reconocida tiene mucho por delante, y no podemos menos que coger envión. Eso sí, no usen ese termino en Argentina por que les van a poner cara rara.

*Axel Kuschevatzky es productor y ha estado nominado al Goya por A cambio de nada y Atrapa la bandera. También ha participado en títulos como El secreto de sus ojos, Futbolín, Relatos salvajes y Truman, entre otras.