La Academia acoge una mesa redonda con los guionistas que aspiran a los goyas a Mejor Guión Original y Adaptado, organizada por ALMA

 

No está escrito qué historias ganarán los goyas a Mejor Guión Original y Adaptado el próximo 2 de febrero, pero probablemente lleve la firma de alguno de ellos. David Marqués y Javier Fesser (Campeones), Arantxa Echevarría (Carmen y Lola), Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña(El reino), nominados a Mejor Guión Original; y Natxo López (Jefe), Álvaro Brechner (La noche de 12 años), Borja Cobeaga y Diego San José (Superlópez), Nominados a Mejor Guión Adaptado, debatieron en la institución sobre el proceso de escritura, sus opciones a los galardones del cine español y sobre las películas a las que han puesto palabras.

“El único éxito a la hora de hacer un guión es que la historia encaje, funcione, transmita, sea capaz de llegar y cuente lo que tú querías”, defendió Fesser sobre la disyuntiva éxito de público vs. premios; mientras que San José destacó la importancia de los premios para hacer valer su trabajo, ya que “ganas fuerza de negociación”. Por su parte, Echevarría, da valor a las nominaciones por la visibilidad y “la oportunidad de hacer una segunda película”.

Según reconocieron en este encuentro organizado por el sindicato de guionistas ALMA, en colaboración con la Academia de Cine y la Fundación SGAE, las dudas, la presión y las crisis creativas del guionista lo llevan mejor los que escriben en tándem, como Sorogoyen-Peña y Cobeaga-San José. “Es muchísimo más saludable y enriquecedor. Además de por el talento de Isabel, por todos los momentos en que nos recordamos mutuamente por qué estamos haciendo esta historia”, aseguró el director y coguionista de El reino. “Nosotros ya tenemos una fórmula, dedicamos más tiempo a hablar que a escribir”, reveló Cobeaga. En solitario el camino es más tortuoso, como relató Brechner. “Nunca sabes si tienes un trabajo. Inviertes años en algo que no sabes si va a salir”, explicó el director uruguayo, para el que “hay que intentar mantener el norte en esa vorágine de premios, festivales, público… este oficio no es Operación Triunfo o Masterchef”.

Muchas metáforas sobre el guión. “Un pez” para Echevarría, que reconoció que en los créditos de Carmen y Lola “deberían estar conmigo muchas más personas porque les enseñaba el guión y me decían ‘eso es de payo’ y lo hacían suyo”. Fesser pensó en “una esponja” al hablar de Campeones–“teníamos la versión de David Marqués y mi versión, y luego hicimos una versión final a cuatro manos a partir del cásting”– y Brechner se remitió a Dorian Grey –“se me iba pegando toda esa oscuridad, esos testimonios de tres individuos en un penal en aislamiento”.

Si les condicionan las imposiciones externas y si tienen en mente a los actores desde el guión son otros de los aspectos de su oficio que abordaron. Al tratar la corrupción política en España, Sorogoyen y Peña reconocieron que “teníamos el miedo de que alguien nos dijera que no podíamos contar algo, pero no sucedió”, y solo señalaron una bronca del productor Gerardo Herrero, “porque pecamos de inocentes. Nos entrevistamos con Cristina Cifuentes y le enseñamos el guión para que nos diera notas y a él le preocupó que afectara a la subvención del Gobierno, cosa que no sucedió”.

Sí cambió la historia de Jefe, firmada por Marta Sifía Martins y Natxo López. “El guión era mucho más bestia en un inicio. Lo tuvimos que rebajar porque nos parecía demasiado para enviarlo a las productoras. Al final es un proceso de saber a qué público quieres llegar”, explicó López, que vio como los directivos se sentían incómodos al leer el guión: “pasaba todos los filtros en las productoras y al llegar a los jefes se caía el proyecto”.

La posición del guionista en la industria y si esta ha cambiado con el ascenso de los showrunners en la ficción televisiva o las peculiaridades de una labor en la que cada libreto les hace sentir ‘como si fuera la primera vez’ también tuvieron espacio en la mesa redonda. “No existe la manera de escribir un guión sin dudar. Forma parte de un proceso y el que no se sienta un mediocre algunos días probablemente es que su orgullo no le deja ver que algo falla”, aseguró San José.

Feliz de que todos los nominados a Mejor Guión Original –Campeones, El reino, Carmen y Lola y Todos lo saben– se fijen en la sociedad, Echevarría reivindicó su faceta de directora por encima de guionista. “Soy guionista porque al final quiero contar mi historia”, reflexionó la realizadora bilbaína, que, al igual que Cobeaga, Fesser, Sorogoyen y Brechner, compagina la labor de dirección con la de guión. Por su parte, Peña descartó el salto a la dirección y se reivindicó como guionista, profesión que le hace “muy feliz y ocupa toda mi energía” y agradeció la complicidad de Sorogoyen para hacerle partícipe de otras fases de la película “No es habitual que a los guionistas nos inviten al rodaje o al montaje, San José con Cobeaga y yo con Rodrigo somos afortunados”, aseguró antes de que el guionista de Superlópez apostillara, “y ellos también lo son por contar con nosotros”.

Precisamente David Marqués se enfrentó a esta disyuntiva autoral con Campeones. “Tuve la opción de dirigirla yo con una productora pequeña, y la opción de pasarla a Javier y que tuviera más repercusión y cuidados y fui un buen padre”, bromeó el coguionista, cuya historia tocó a Fesser. Según el realizador, “siempre he escrito lo que he dirigido. Pero siempre he deseado encontrarme un guión ajeno que lo leas y esté escrito para mí. En esta ocasión sucedió”.

Los responsables de los libretos de Todos lo sabenAsghar Farhadi (Nominado a Mejor Guión Original) y de YuliPaul Laverty (Nominado a Mejor Guión Adaptado) fueron las únicas ausencias de este encuentro moderado por la guionista Isabel Vázquez, en el que todos los participantes saben lo que es optar a un Goya, excepto López, que estrena esta 33 edición su condición de nominado.